Rudy Van Glabeke se jubila tras 48 años en Bekina Compounds

Tras 48 años, nos toca dar la despedida a Rudy Van Glabeke, que durante todo este tiempo ha realizado un excelente trabajo como operario de Bekina Compounds. En esta entrevista, damos un paseo por los recuerdos de Rudy en su trayectoria laboral.

En enero de 2024 me he jubilado tras 48 años de servicio en Bekina. Mi historia aquí comenzó con muy poca edad.Empecé a trabajar aquí con 14 años escasos. No me gustaba mucho estudiar y quería ponerme a trabajar cuanto antes. Desde pequeño había estado mucho en los terrenos de Bekina con mi padre, Gaston. Él era el conserje y nosotros vivíamos en la casa que le ponía la empresa, que se encontraba donde ahora está el aparcamiento. Primero empecé a echar una mano en la fábrica en las vacaciones, pero Denis Vanderbeke (fundador de Bekina) se encargó de que pudiese entrar en la plantilla rápidamente. Empecé en la parte de preparación, a cargo de la mezcladora. Entonces todavía hacíamos botas de goma. Después del incendio en la fábrica, Bekina empezó a hacer botas de poliuretano. Y desde entonces he hecho de todo como operario: he manejado las prensas a vapor en las que hacíamos guardabarros de goma, he controlado la calandra y la mezcladora, he ayudado a hacer máscaras para el ejército… Al principio era todo a mano, pero en los últimos años se ha automatizado mucho.

Sin duda, el incendio de 1987. Aquel año buena parte de la empresa quedó arrasada. Quedó todo destruido y hubo que volver a levantarlo. Yo salvé a un compañero del fuego. Él estaba en la nave llamando por teléfono a los bomberos y de repente hubo un derrumbe y quedó rodeado por las llamas. Yo rompí una puerta de cristal que estaba cerrada y le saqué afuera. Al poco tiempo, la oficina explotó. Una cosa así no la olvidas nunca.

La reconstrucción de la empresa después del incendio. Hubo que hacer de tripas corazón, pero salimos más fuertes que antes. Apenas ocho meses después del incendio, logramos tener todo de nuevo a pleno funcionamiento. En el ambiente se notaba la alegría de poder volver a nuestro trabajo.

Quería trabajar donde hubiera actividad física, y aquí lo tenía asegurado. No quería tener que hacer fitness al llegar a casa. Como dije antes, me metí en este trabajo muy joven y entonces prometí que me quedaría aquí. Cuando hago una promesa, la mantengo hasta el final. Siempre he hecho mi trabajo a gusto. Siempre ha habido un ambiente estupendo entre los compañeros y te sientes uno de la familia.

Sin duda, los compañeros. Pero no voy a tener ocasión de echarlos de menos, porque cada fin de semana sigo viniendo por aquí a echar una mano. Ahora soy conserje. Pueden contar conmigo cuando suena la alarma y voy a seguir encargándome del mantenimiento de las naves.Seguiré ayudando a la seguridad y la limpieza de la empresa.

¡Gracias, Rudy, te vamos a echar de menos

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